Preguntas frecuentes

Preguntas de ventas

Sí, una casa puede depreciarse en valor por varios factores, como el estado de conservación, la ubicación, la demanda, la oferta, el mercado, la inflación, la legislación, entre otros. Por ejemplo, si una casa está en malas condiciones, o si está en una zona con alta delincuencia, o si hay muchas casas similares en venta, o si hay una crisis económica, o si hay cambios normativos que afecten al sector inmobiliario, es probable que su valor disminuya. Por eso, es importante mantener la casa en buen estado, elegir una buena ubicación, estudiar el mercado y estar al día de las novedades legales.

No, generalmente una casa nueva vale más que una casa vieja, porque tiene mejores condiciones, materiales, instalaciones, diseño, eficiencia energética, seguridad, entre otros aspectos. Sin embargo, el valor de una casa no depende solo de su antigüedad, sino también de otros factores, como la ubicación, la demanda, la oferta, el mercado, la inflación, la legislación, entre otros. Por ejemplo, una casa vieja puede valer más que una casa nueva si está en una zona privilegiada, o si tiene un valor histórico, o si ha sido reformada, o si tiene características únicas o especiales.

Un corredor es una persona o entidad que se dedica a intermediar entre compradores y vendedores de inmuebles, cobrando una comisión por su servicio. Un corredor puede ser un agente inmobiliario, que trabaja para una agencia inmobiliaria, o un corredor independiente, que trabaja por su cuenta. Un corredor debe tener conocimientos, experiencia y habilidades en el sector inmobiliario, así como contar con las licencias, permisos y seguros que le exija la ley. Un corredor debe actuar con profesionalidad, honestidad, transparencia y ética, respetando los intereses y derechos de sus clientes.

 Sí, puedes pagar tus impuestos y seguros relacionados con tu inmueble, siempre que cumplas con las obligaciones legales y fiscales que te correspondan. Los impuestos y seguros que debes pagar pueden variar según el tipo, la ubicación, el valor y el uso de tu inmueble, así como según tu situación personal y financiera. Por ejemplo, algunos impuestos y seguros que puedes pagar son el impuesto predial, el impuesto a la renta, el impuesto a las transmisiones, el seguro de incendio, el seguro de terremoto, el seguro de responsabilidad civil, entre otros. Te recomendamos que consultes con un contador, un abogado o un asesor financiero para que te oriente sobre los impuestos y seguros que debes pagar, y cómo hacerlo.

El trámite del préstamo puede durar desde unos días hasta varios meses, dependiendo de la entidad financiera que te lo otorgue, de las condiciones del préstamo, de los requisitos que debas cumplir, de la documentación que debas presentar, de la evaluación que se haga de tu capacidad de pago, de la tasación que se haga del inmueble, de la firma del contrato, entre otros factores. Por ejemplo, si solicitas un préstamo hipotecario, el trámite puede durar entre 30 y 90 días, aproximadamente. Por eso, es importante que compares las opciones de préstamo que te ofrecen las distintas entidades financieras, que elijas la que más te convenga, que prepares la documentación necesaria, que cumplas con los requisitos, que sigas el proceso y que consultes el estado de tu solicitud.

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